“Dios nunca producirá ninguna de sus obras en su vida, a menos que la realice por medio de la fe suya, su fe personal”

 

Hay cuatro procesos básicos en la incubación de la fe:

 

      1. Para poder usar la fe se debe tener una clara visión del objetivo.

      2. Si usted tiene una visión clara puede sentir un deseo ardiente por esos objetivos.

      3. Usted debe de tener la sustancia o la seguridad.

      4. Debe dar muestras de su fe.

 

 

1. La fe es la sustancia de las cosas, las cuales tienen que ser claramente nítidas como las que se esperan. Si solo se tiene una vaga idea de lo que se desea, entonces esta fuera de ese toque único que es el que puede responder a su oración.

 

Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.

La Biblia dice que si se pusiera la fe en Jesús, orando en su nombre se puede recibir cualquier cosa que se desee.

 

En el momento que se hace la oración pidiendo algo en ese momento se puede tener toda la fe de que se obtendrá lo que está pidiendo pero luego de haber terminado la oración pasa un tiempo y esa fe que se tenía se desvanece entrando así en la duda. Para que se mantenga la fe hasta que se obtenga lo que se pidió tenemos que creer en lo que dice la palabra de Dios: “El Dios en quien Abraham creyó, el Dios que da vida a los muertos y crea las cosas que aún no existen” (Romanos 4:17), lo que esto quiere decir es que se deben de llamar las cosas que no son como si ya fueran, y como si ya se las tuviera.

 

Las cosas que se pidió en oración tienen que concebirse mediante el poder de Espíritu Santo esas cosas tienen que estar creciendo en usted.

Sin duda alguna las cosas que pidió tomaran un tiempo antes de que lleguen, pero está usted embarazado de ellas y al debido tiempo las obtendrá.

 

Si queremos que dios conteste nuestras peticiones tenemos que pedir siempre definidamente y específicamente.

 

El señor no aprecia las oraciones vagas e imprecisas cuando Bartimeo el ciego corrió detrás de Jesús lo hizo gritando: “Jesús ten misericordia de mí. Todos los presentes sabían que él deseaba recobrar la visión sabiendo eso Jesús le pregunto ¿Qué quieres que haga?

Jesús quería oír una respuesta específica. Bartimeo le dijo: “Maestro quiero recobrar la vista”. Jesús le dijo, “vete tu fe te ha salvado”.

 

Jesús no lo sano sino hasta después de que el hombre hablo específicamente.

 

 

Dios está dentro de usted. Dios nunca hace nada concerniente a su vida independiente de usted. Dios trabaja a través de sus pensamientos, a través de sus creencias, de modo que, siempre que quiera que Dios conteste sus oraciones, sea bien claro y definido en sus peticiones.

 

Se tiene que ver y sentir su deseo en su corazón y visualizarlo nítidamente en su alma y experimentarlo en sus emociones. Si no se ejercita esta ley de fe, nunca se tendrá una respuesta definida a las oraciones que se realicen.

 

2. Se tiene que tener un deseo ardiente por lo que se pidió y estar constantes en ese deseo hasta que se haga realidad.

“A los justos le será dado lo que desean” (Proverbios 10:24)

“Deléitate así mismo en Jehová, y él te considera las peticiones de tu corazón” (Salmos 37:4)

 

Los tibios no le gustan a Dios, porque él se especializa solo con lo que está al rojo vivo. Si usted tiene deseos puestos al rojo vivo, entonces podrá ver los resultados.

 

3. Se debe de tener la seguridad de que se obtendrá lo pedido.

Cuando se tiene una meta bien definida y un deseo ardiente en el corazón entonces se puede comenzar a orar hasta tener la seguridad.

Se tiene que esperar todo el tiempo necesario hasta que se adquiera la seguridad.

 

Cuando se pide algo al Señor no se tiene que dudar ni tener temor y tenemos que estar seguros que ese algo que pedimos lo obtendremos.

 

4. Se tiene que dar muestra de fe.

 

Lo que esta engendrado en su corazón y en su mente está lista para realizarse en su ambiente y circunstancias. Vigile su corazón y su mente más que ninguna otra cosa.

 

Cuando pedimos algo a Jehová tenemos que actuar como si ese algo ya lo tuviésemos.

Dios realiza milagros llamando a las cosas que no son como las que son.